La Vega, RD
No escribíamos desde Febrero del 2022 porque, en más de 30 años, nunca observamos tantas verdades diferentes, nacionales e internacionales, que cuestionan y debilitan los fundamentales y absolutos valores, positivos y negativos, y cuestionan y debilitan las tareas realizadas por la humanidad incluyendo las de comunicar e informar.
Algunos(a) historiadores(a) del arte Dominicano han escrito que, hasta las primeras décadas del siglo 20, teníamos una identidad equivocada en las bellas artes ya que, solo como algunos ejemplos, se ajustaban los colores de las personas para que parecieran blancas, se utilizaban colores grises, que evocan el invierno, en los paisajes a pesar de que nuestras cuatro estaciones son muy similares, todas, al verano, se escuchaban valses y polkas en los salones de bailes citadinos entre
otras distorsiones.
Algunos(a) historiadores(a) del arte Dominicano también han escrito que las anteriores distorsiones cambiaron cuando los alumnos de Eugenio María de Hostos, que viajaron a Europa, sustituyeron el pesimismo por la esperanza a partir del programa de paz, estabilidad y desarrollo ejecutado en nuestro país en las décadas del 1930 al 1960 y cuando, en esas décadas mencionadas, recibimos en nuestro país los intelectuales y artistas Españoles que abandonaron España durante la guerra civil de su país.
Algunos(a) historiadores(a) del arte Dominicano también han escrito que se produjo una gran explosión cultural, en las mismas décadas del 1930 al 1960, cuando los intelectuales y artistas Dominicanos recibieron a los mencionados intelectuales y artistas Españoles.
Preguntar a tus padres, abuelos, tutores(a) y profesores(a) si ellos son conscientes de que nuestra identidad cultural está, de manera intima, relacionada a esa explosión cultural motorizada por los alumnos de Eugenio María de Hostos, por el programa de paz, estabilidad y desarrollo ejecutado en nuestro país en las décadas del 1930 al 1960 y por los intelectuales y artistas Españoles que recibimos en las décadas mencionadas.
